HISTORIA

HISTORIA DE LA MONEDA EN GUATEMALA

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BREVE HISTORIA DE LA MONEDA  EN GUATEMALA

Fernando Mollinedo C.

licmollinedo@guatehistoria.com

En el desarrollo de la vida, las funciones del dinero como elemento de cambio han sido tres: 1) Unidad de Cuenta, 2) Medio de Cambio, y 3) Cúmulo de valor.  Entonces, el ser humano que utilice tales funciones, de hecho, está creando y utilizando la economía monetaria.

En el año 1798, la definición de Moneda era la siguiente: “… un signo apresiador de todas las cosas estimables, inventado únicamente para facilitar y extender el comercio, el cual…debe tener una tal correspondencia con ellas que la represente puntualmente en su valor”.

Desde el punto de vista de la “nobleza” de las monedas, éstas respondían a un criterio estricto: la calidad y su aceptación eran consecuencia, más que de un imperativo legal, del  propio valor intrínseco de los metales.

ÉPOCA PRE HISPÁNICA.  La historia del desarrollo económico de Mesoamérica nos refiere de manera inmediata a la época pre hispánica; pues ellos, los conquistadores documentaron la forma de vida social, religiosa y económica que encontraron en esta nueva sociedad.

En el campo metalúrgico, existe la creencia que vino del sur, prosperó en el centro de América y luego llegó a México; de esa cuenta, en la invasión a territorio mexicano, los españoles encontraron ciertas hachas elaboradas en cobre con forma de T que fueron utilizadas en el concepto de moneda; es decir, como factor de cambio.

La economía estuvo basada de forma principal en la agricultura, el oro y la plata fueron material utilizados para la fabricación de utensilios y adornos destinados al uso y el cambio, pero no como producción agrícola; los pueblos guatemaltecos no conocieron fuerza propulsora más que la humana para la tracción, elevación, roturación y carga a distancia.

Los habitantes pagaban al cacique o jefe del clan, un tributo que consistió en objetos o especias que por su elaboración o escasez tuvieran un alto valor para el cambio y sirvieran en la comunidad  como representativos, es decir, como moneda.   La sociedad pre hispánica vivió en la etapa económica en que una o varias mercancías, la fabricación de tejidos y elaboración de telas, por su escasez y ardua elaboración tuvieron un alto valor, así como el cacao, las hachuelas de cobre, el oro en polvo y las plumas de Quetzal.

No existió propiamente una economía monetaria, pero si existió en sentido relativo,  condicionada como es natural al grado de desenvolvimiento económico y social logrado en América antes de la llegada de los diferentes grupos europeos que vinieron a conquistar y a explotar el Nuevo Continente, pero que a la vez fueron en buena parte conquistados por una serie de productos americanos que cambiaron sustancialmente sus costumbres.

LA CONQUISTA.  Producto de la invasión española, se desarrollaron en Guatemala los fenómenos económicos y sociales que entre otros, se describen a continuación: esclavitud, repartimientos y encomiendas, conservación de ciertas organizaciones políticas pre hispánicas con fines económicos, nuevas leyes económicas, aparecimiento de los artesanos, el comercio marítimo, la Real Hacienda con sus tributos, impuestos, diezmos, administración fiscal, ordenanzas y aranceles, concentraciones demográficas de la población, el mestizaje y otros.

La consolidación de la conquista española introdujo usos y costumbres para el intercambio comercial interno y externo y teniendo ellos la costumbre del uso de la moneda metálica, sus autoridades autorizaron el uso de monedas para sus operaciones comerciales y otros fines.

El reino de Guatemala no fue de suma importancia económica para la corona, debido a que no representó un flujo comercial de explotación minera,; la mayoría de productos exportados fueron de orden agrícola (añil y grana)  y madera.  Algunos historiadores ubican los sitios de las minas de plata en Petapa, Chinautla y Cuajiniquilapa (Barberena) Petén, Verapaz, Utatlán, Atitlán, Nebaj, Joyabaj, San Juan y San Pedro Sacatepéquez, Sacapulas, Sumpango y Copán.

En todas las actividades señaladas, de hecho hubo intercambio de valores comerciales en sus diferentes modalidades, por lo que el oro de minas y la plata acuñada por los españoles, fue la moneda más preciada aunque no la más corriente por la falta de moneda metálica, circunstancia que se prolongó desde la conquista hasta varios años después de la vida independiente.

El oro que fue para los aborígenes una mercancía con valor similar a las telas de algodón y las plumas de quetzal, se tornó de improviso en la mercancía de más valor representativo, así mismo la plata; sin embargo, éstos, seguían usando sus valores comerciales como moneda, por lo que el Cabildo en fecha 19 de febrero de 1529 mandó a los artesanos “recibir la moneda corriente de la tierra, como es ropa, cacao, plumas y otras cosas de valor, so pena de perder  el trabajo y cierta cantidad  de pesos en oro” .

La moneda pre colombina o pre hispánica en Mesoamérica estuvo clasificada en: popular: el cacao; y la moneda cara: plumas de quetzal, mantas de algodón, jade y granitos de oro.

El régimen monetario español tuvo como base unitaria El Real, que era una moneda de plata y cobre datada de 1369 y se dividía en 34 maravedíes; en 1497 se crearon monedas denominadas “pesos duros” los cuales principiaron a circular en Guatemala en el año 1773.

En el Virreinato de la Nueva España (que de hecho se consideraba dueño de Guatemala) no se tenía un sistema monetario propio y siendo muy complejo el uso del oro en polvo, los negociantes resolvieron mandar a fundir ese oro en pequeños discos, en los cuales marcaban los respectivos pesos.  Se encontraron documentos que detallan la asignación del valor en uso en dicha época, siendo un real (12 centavos y medio) equivalió a 200 cacaos.          Por orden virreinal en el año 1555 se fijó en 140 granos el valor de un real español; en 1575 el precio del cacao varió y fue elevado a 100 granos  y al final del siglo su cotización fue de 80 a 100 granos por un real.

Entre los aspectos más interesantes de la historia monetaria en Guatemala, está lo relativo a su desenvolvimiento institucional, que arranca desde la Casa de la Fundición en 1543, es decir, en los inicios de la vida colonial, fortalecida en 1731 cuando se estableció por cédula real la Casa de la Moneda que empieza a funcionar en 1733.

En un catálogo monetario editado por la Lonja del Almidón en Madrid en 1936, aparece  una moneda denominada “macuquina” del valor de 2 reales acuñada en el año 1602.  Así mismo en el catálogo de J. Schulman, de Amsterdam, editado en el año 1906 aparece una moneda denominada “macaco” del valor de 8 reales fechada 1697 clasificada como moneda de Guatemala.

En 1730 por disposición real, el equipo de fabricación de la casa de la moneda en México fue vendido a Guatemala quien la pagó a precio de pesos oro; sin embargo, dicho equipo de hecho ya era considerado chatarra.  España persiguió homologar el valor de las monedas en América y por medio de cédula del 20 de enero de 1773, ordenó que las casas de moneda de Santa Fe de Bogotá, Perú y Guatemala acuñaran gran cantidad de monedas de 2 reales, 1 y ½ real.

En real cédula de fecha 14 de mayo de  1751 se mandó que se labrara en la Casa de la Moneda de Guatemala, moneda circular semejante a la que venía siendo acuñada en México pues el macaco ofrecía un gran margen de fraude por cercenamiento. En 1,758 se bendijo el inmueble de la Casa de la Moneda en la nueva capital, se instaló en lo que hoy es un estacionamiento de vehículos ubicado en la 6ª. Calle entre 4ª. y 5ª.  Avenidas de la zona 1.

Después de los terremotos de 1773, se contabilizaron más de 8,000 marcos de plata listos para la acuñación, los cuales fueron transportados con las prensas para acuñar, desde la antigua capital con gran sacrificio.

En marzo de 1789 por orden real se mandó a labrar moneda de “cuartillo”  para que sustituyera a la “macuquina”, con el objeto de mejorar o facilitar el comercio y para “el cómodo uso de esos vasallos”.  Con tal propósito enviaron vía La Habana con destino a la Casa de la Moneda en Guatemala, tres troqueles “con las matrices de dos Castillos y dos Leones” más unas grafilas y dos muestras de plata y ocho de estaño, todo para acuñar las nuevas monedas de cuartillos.

Existe en el Archivo General de Centroamérica un documento muy importante evacuado por la Casa Real de Moneda de Guatemala en julio de 1798, sobre la propuesta hecha al rey de España para acuñar en las Indias – en este caso Guatemala – monedas menudas de cobre es decir, menudas en cuanto a su valor de cambio.

ÉPOCA INDEPENDIENTE

La fabricación y/o acuñación de la moneda en Guatemala se produjo en 1821; las de un cuarto de real fueron consideradas de un valor muy alto; fue evidente la necesidad de crear alguna moneda de baja denominación pues los “vueltos” se escribían en tablas de madera denominadas “tarjas” que los comerciantes después desconocían y evadieron su obligación de reintegrar el dinero faltante (especialmente en los mercados).

En Guatemala fue notoria la circulación de moneda mexicana de diferentes denominaciones durante la ocupación del ejército mexicano (1822-1823), pues la anexión a ese país la hizo parte de dicho territorio y sujeta a sus leyes; en el Estado de los Altos (Quetzaltenango) se acuñaron varias monedas circulantes que tuvieron como distintivo el busto de Agustín de Iturbide reconociéndolo como el soberano del Estado y de la capital.

Es interesante que la ciudad de Guatemala en el año 1822 haya acuñado una moneda del valor de 1 real, la cual en una de sus caras proclama sumisión a Iturbide, al que declara como su Primer Emperador, y en la otra cara de la moneda está la fecha de la anexión (26 de diciembre de 1822) con la leyenda “2º  de la Independencia” lo cual puede considerarse e interpretar como una especie de burla.

Igual de interesante resulta conocer que en la fabricación de la moneda de proclamación de la independencia en Quetzaltenango, aparece por primera vez la figura del legendario quetzal en pleno vuelo, que más tarde se transformó en el ave heráldica de Guatemala.

También, de acuerdo al criterio de Kurt Prober, de 1824 a 1847, en la Casa de la Moneda de Guatemala se acuñaron monedas de suma belleza, entre ellas “el peso del arbolito” las cuales tuvieron en su anverso una ceiba pentadra y la significativa leyenda “LIBRE, CRESCA FECUNDO” y en el reverso los cinco volcanes, expresión simbólica de los cinco Estados que integraron la Federación.

Con la disolución de la Federación Centroamericana cada uno de los países buscó su identidad plena en todas sus actividades y acuñaron su propia moneda;  Guatemala por su parte, al estar descapitalizada por la pérdida del ingreso de impuestos de los países integrantes de la Federación, recurrió a Inglaterra para obtener un préstamo por la cantidad de 57,835.80 Libras Esterlinas y desarrollar de sus actividades propias (educación, caminos, puertos y  dotar de recursos a la Casa de la Moneda para la compra de materiales necesarios para la acuñación) a ese préstamo se le denominó “la deuda inglesa”.

Con los avatares de la política y durante el gobierno de Francisco Morazán, se acuñó la moneda “de arbolito” de 1 real fechada 1829, siendo la primera y única moneda en la que apareció la leyenda que dice: ESTADO DE GUATEMALA. Moneda provisional.

El 21 de marzo de 1847 Rafael Carrera firmó el Decreto por medio del cual quedó fundada definitivamente la República de Guatemala; dicha fundación fue conmemorada con la emisión de una moneda del valor de 1 real.

Con el objeto de paliar la escasez de plata para acuñar el nuevo numerario (hacer monedas)  el gobierno fomentó de varias formas la explotación minera y apoyó la producción en las minas de Chiantla, Alotepeque y Baja Verapaz con lo cual, la Casa de la Moneda de Guatemala rehabilitó su prestigio cuyas monedas circularon hasta en Filipinas.

Para 1862 se comprobó que la moneda adoptados en el nuevo numerario no coincidían con los patrones adoptados por otras naciones americanas y con el objeto de facilitar transacciones comerciales con los Estados Unidos de América se modificaron los módulos y pesos de las  monedas de 1 peso, 2 y 4 reales, que pasaron a tener el mismo diámetro que el dólar estadounidense y sus sub múltiplos, moneda que tuvo circulación oficial en Guatemala desde el gobierno de Rafael Carrera.

Vicente Cerna sucedió a Carrera en la presidencia, durante su gobierno hubo suficiente emisión de numerario; tal el caso de la moneda del valor de 50 centavos de 31 mm de diámetro y 12.5 gramos de peso, se hizo una tentativa de introducir el Sistema Métrico Decimal, con el propósito de adaptarlo a las monedas en circulación; se creó la nueva moneda de bronce del valor de 1 centavo, y en caso de fuera necesario, otra de 2 centavos también de bronce.

Por Acuerdo de fecha 21 de septiembre de 1870 se creó el Reglamento de las Acuñaciones donde se fijaron las proporciones en que debían fabricarse las monedas de oro y de plata de cada valor, previa audiencia que se dio al Consejo de Estado.

Con el triunfo de la revolución de 1871, el presidente J. Rufino Barrios ordenó que cesara la circulación de la moneda “macuquina” dando un plazo de 3 días para que fuera cambiada en la Casa de la Moneda por vales o moneda acuñada.  El sistema monetario siguió basándose en la acuñación de monedas de oro y plata; se tuvo por costumbre poner inscripciones minúsculas y las iniciales de los grabadores en las  monedas, signo inconfundible para reconocer las piezas falsas de las falsificadas visibles usualmente con potentes lupas o lentes.

Con la creación del Banco Nacional en el año 1874 se emitieron los primeros billetes de Guatemala, los cuales llevaron las efigies de  J. Rufino Barrios y José María Samayoa (ministro de Hacienda y Fomento) en la denominación de 1 peso.  La circulación de los mismos tuvo una duración de dos años pues perdieron la garantía del Estado y su poder liberatorio al ser liquidado el Banco

En dicha época, los bancos privados emitieron billetes con figuras alegóricas al comercio; en algunos se incluyó el escudo de armas y el quetzal Dentro de este esquema monetario surgieron los bancos particulares de emisión, depósito y descuento.  Al inicio del siglo XX funcionaban seis bancos de este género: Agrícola Hipotecario, Colombiano, Americano, de Guatemala, Internacional y de Occidente.

En 1881 se hizo el segundo intento para introducir el sistema métrico decimal con la acuñación de monedas del valor de 5, 10 y 25 centavos; y la unidad monetaria fue el peso de 100 centavos de plata de ley y de 900 milésimos y con un peso de 25 gramos.

Por orden del Consejo Británico de los Lords Commissioners of Her Majesty´s Treasure  fechado el 15 de julio de 1887 se admitió la circulación oficial del peso guatemalteco (peso de 385.8 gramos de plata de 900 milésimos) como moneda patrón de Honduras Británica, llegando aún a prohibir la circulación de la moneda inglesa en esa Colonia.

Al asumir el mando, José María Reyna Barrios comenzó el estudio para solucionar la falta de moneda en Guatemala, pues al ser la circulante en Centroamérica y Honduras Británica, fue lógico que casi todas las emisiones duraran poco tiempo circulando en Guatemala.

Como el equipo de la Casa de la Moneda de Guatemala era insuficiente para una producción acelerada, se resolvió hacer una acuñación suplementaria en Inglaterra en la conocida firma Ralph Heaton & Sons por un valor de $500,000 dólares.

En 1923 se estableció el Banco Central de Guatemala como entidad de capital mixto con facultades de emisor; para ese entonces el Ministerio de Hacienda contó con la asesoría de economista guatemalteco Enrique Martínez Sobral quien elaboró varias leyes, entre ellas la Ley Monetaria.

Fue el 24 de noviembre  del año 1924 cuando general José María Orellana autorizó la reforma monetaria, por medio de la cual se creó el Quetzal como nueva unidad monetaria o signo monetario (ligada al patrón oro y en paridad unitaria con el dólar estadounidense), además, se ordenó redimir los billetes de pesos que circulaban, a un cambio de sesenta pesos por un Quetzal.

En el año 1927 se emitió papel moneda en las denominaciones de 1, 2, 5, 10 y 20 quetzales; también fueron elaborados billetes de 100 quetzales pero no salieron a circulación. La moneda de plata fue acuñada desde 1925 hasta 1964 con ley de .720 milésimos de plata.

Una de las consecuencias de la revolución de octubre de 1944 fue impulsar otra reforma monetaria; en el año 1946 que incluyó el cierre del Banco Central de Guatemala, la emisión de la Ley de Bancos  y la Ley Monetaria, la promulgación de la Ley Orgánica del Banco de Guatemala, que se constituyó como único banco emisor. El centavo de cobre se sustituyó en tamaño y en metal, utilizando aluminio.

En el año 1962 el Banco de Guatemala acuñó la moneda  de “alpaca” en sustitución de la de plata y en 1998 conforme a la Ley de Especies Monetarias se acuñó en alpaca dorada la moneda con valor de un quetzal y de cincuenta centavos.

LOS GRABADORES DE MONEDA.  Fueron las personas encargadas de diseñar los elementos artísticos que de forma conmemorativa representan en el anverso y reverso de las monedas la exaltación de los gobernantes por medio de efigies y/o alegorías a determinadas fechas o acontecimientos importantes en la vida de los pueblos.  Fueron y son, artistas que con extraordinaria habilidad plasmaron en el espacio reducido de una moneda, billete o medalla tales acontecimientos.

En Guatemala, por aspectos políticos internos y externos, ocurrió la falta de moneda circulante, ante lo cual muchos propietarios de fincas acuñaron sus propias monedas para el pago de sus trabajadores; éstas tuvieron valor exclusivamente dentro de las fincas donde trabajaron los campesinos.  Lo que significó, que los patronos obligaran a su personal a permanecer en sus fincas y de esa manera asegurarse la mano de obra por el precio estipulado, además que no podían ser ahorradas.

BIBLIOGRAFIA:
1.- PROBER, KURT.
“Historia numismática de Guatemala”
Edición del Banco de Guatemala, 1973.
2.- “HISTORIA DE LA MONEDA EN GUATEMALA”
Edición del Banco Industrial. Exposición Numismática.
Guatemala, 2001.
3.- SOLÓRZANO FERNÁNDEZ, VALENTÍN
Tesis “Historia de la Evolución Económica de Guatemala”
S/E México, 1947.
4.- QUINTANA, ROBERTO R.
“Apuntes sobre el desarrollo monetario de Guatemala”
Publicación editada por el Banco de Guatemala.
Unión tipográfica, Guatemala, 1971.

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